13/1/11

Hacia falta que lo dijera el Papa

Fuente.- Religion en Libertad. 
Cuatro años han pasado desde que el gobierno instauró el adoctrinamiento escolar mediante Educación para la Ciudadanía. Cuatro años en los que la oposición inicial a tamaña invasión de los derechos de los ciudadanos ha ido decreciendo hasta enquistarse en un puñado de padres objetores rebledes.


Y ha tenido que ser el Papa, cuatro años después, quien, explícita o implícitamente ha denunciado el totalitarismo educativo español que amenaza «con crear una especie de monopolio escolástico estatal».

Dónde quedan aquellas proclamas episcopales contra este adoctrinamiento relativista e inversor de la moralidad. Dónde aquellas manifestaciones de las patronales y federaciones de APYMAS de la enseñanza concertada que recogieron velas tras las sentencias del Supremo sin haber modificado un ápice el currículum de Ciudadanía. Dónde la cruzada del Foro de la Familia que ha dado por amortizada su lucha contra la EpC acogiéndose, finalmente, a la criticada adaptación de la FERE y ahora se dedica a proclamar las amenazas de la educación sexual mientras ultima sus recetas particulares. Dónde las declaraciones del Partido Popular y sus maniobras hasta el ridículo para entorpecer su desarrollo. Dónde tanta palabrería, tanta promesa y tan sólidos principios.

Los padres hemos sido moneda de cambio: utilizados como ariete o dejados de la mano de Dios cuando la contrapartida de nuestra defensa era más apetecible. Estábamos solos en un principio y seguimos estándolo como han venido a demostrar los hechos. Eso sí: quienes nos han abandonado a nuestra suerte aplauden ahora la voz de alarma del Papa. Se felicitan y agradecen al Santo Padre la sensibilidad y el coraje que ellos vendieron por un plato de lentejas. Que lo diga el Papa: que las críticas las lleva en el cargo. Y mientras, los defensores patrios de la familia y las libertades se regocijan por unas horas sacando viruta a las declaraciones papales. Quizá debieran hacer también examen del cariz de su proceder para que tenga que venir desde Roma la advertencia sobre un problema de extrema gravedad que aquí habíamos enterrado en la deriva malminorista de quienes debieran ser patrones y son lastre.

Mariano Bailly-Baillière Torres-Pardo, padre objetor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario