9/6/09
OBJECION TAMBIEN EN PRIMARIA: JOSE LUIS BAZAN
4/6/09
ELECCIONES EUROPEAS: AEL piden explicaciones a Zapatero y a Rajoy antes de votar en las Europeas

74 organizaciones promotoras de la objeción, entre las que se hallan tres asociaciones de la C. Valenciana, les reclaman por carta que antes de la apertura de las urnas les detallen cómo piensan actuar en relación con ese grupo de asignaturas.
REDACCIÓN HO.- A solo 4 días de las elecciones al Parlamento Europeo, varios representantes de los padres objetores a Educación para la Ciudadanía (EpC) han entregado hoy en las sedes nacionales del PSOE y del PP sendas cartas dirigidas a José Luis Rodríguez Zapatero y a Mariano Rajoy, en su calidad de líderes de los dos principales partidos políticos españoles.
En las misivas, firmadas por 74 plataformas y entidades promotoras de la objeción a EpC (entre ellas, las asociaciones recién constituidas Alicante Educa en Libertad y Castellón Educa en Libertad, además de Valencia Educa en Libertad), los padres piden a ambos políticos que, antes del 7 de junio, respondan públicamente a esta interrogante:
¿Qué iniciativas concretas va a proponer su partido en el Parlamento Europeo para garantizar el derecho que asiste a los padres de educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas, tal como exige el artículo 27.3 de la Constitución Española y el Derecho Internacional (Artículo 2 del Protocolo I al Convenio Europeo de Derechos Humanos; Artículo 14.3 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea; Artículo 13.3 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; Artículo 18.4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, entre otros) que obliga a España por haberlo incorporado a su ordenamiento jurídico?
Además, la carta dirigida al secretario general del PSOE pregunta específicamente sobre las medidas que piensa adoptar su partido en relación con el conflicto provocado por la implantación en España de las asignaturas de Educación para la Ciudadanía. Más concretamente, se le pide que responda si va a suprimir o no este conjunto de materias escolares obligatorias o modificar sustancialmente (eliminando su carga ideológica y adoctrinadora) sus objetivos, contenidos y criterios de evaluación.
A Mariano Rajoy, por su parte, le solicitan una respuesta sobre las acciones que va a llevar a cabo el PP en las Comunidades Autónomas en las que gobierna, en relación con el conflicto provocado por la implantación de las polémicas asignaturas. En especial, se le pide que explique qué decisiones van a adoptar los gobiernos autonómicos para reconocer el derecho de los padres a la objeción y para garantizar la neutralidad ideológica en materia educativa, mediante la formación de profesores y la supervisión de textos, actividades y materiales didácticos.
Finalmente, los representantes de los padres objetores indican a ambos líderes políticos que sus respuestas a las cuestiones planteadas en las cartas (o su silencio) condicionarán el voto de miles de familias el próximo 7 de junio.
José Carlos Muñoz, portavoz de Valencia Educa en Libertad, sospecha que no recibirán ninguna respuesta satisfactoria ni de Zapatero ni de Rajoy. “Si ello se confirma y alguno de los dos (o ambos) nos menosprecia con un cobarde silencio o nos responde con alguna evasiva dialéctica, las entidades firmantes recomendaremos a los padres que nos han pedido opinión que no voten a quienes, por acción o por omisión, hayan demostrado no estar dispuestos a cumplir con su obligación de garantizar nuestros derechos constitucionales”, advierte.
24/5/09
VAEL RECLAMA A CONSELLERIA QUE SUPERVISE LOS MANUALES DE EPC

CONSELLERIA INVESTIGA ENCUESTA DE SEXO DE UN INSTITUTO
22/5/09
PROFESORADO GALLEGO CONSIDERA LA FALTA DE DISCIPLINA COMO PRIMERA CAUSA DEL DETERIORO EDUCATIVO
PUBLICADO EN LA VOZ DE GALICIA
Autor:E. Á.
Fecha de publicación:21/5/2009
El sindicato ANPE presentó ayer los datos de una encuesta hecha al profesorado gallego con casi medio millar de participantes de las cuatro provincias, y los resultados reflejan que se trata de un colectivo decepcionado con el sistema educativo en el que trabajan. Por ejemplo, el mayor porcentaje (un 47%) creen que el nivel académico de sus alumnos es inferior al de sus padres, frente a un 39% que opinan que es superior.
Los jóvenes son los más optimistas. Más del 51% de los docentes de menos de 30 años consideran que los alumnos de ahora tienen más nivel que los de hace unas décadas. Los más pesimistas son los de 30 a 40 años, ya que el 83% aseguran que se ha perdido nivel.
Para los profesores, la conflictividad en las aulas es evidente, hasta el punto de que para el 66% se trata de la principal causa del deterioro educativo. Los que defienden más este argumento son los docentes de secundaria y formación profesional, así como los de 30 a 40 años. Prácticamente ocho de cada diez profesores gallegos dicen que el clima que impera en las aulas no es el adecuado para impartir clase con eficacia.
Es curioso al comprobar los resultados de esta encuesta que los profesores no creen que un mayor salario sea una solución para una mejor práctica docente. Estos profesionales valoran muchísimo más que se disminuyan las ratios de alumnos por profesor, que se incremente el prestigio profesional y los medio materiales. De hecho, casi el 80% dicen que el número de estudiantes por clase no es el adecuado.
Ciudadanía
La asignatura de Educación para a Cidadanía está bastante cuestionada por los profesores gallegos, y de hecho, aunque el 56% de los docentes creen que es una materia necesaria en el currículo, el 41% opinan que no debería estar en él.
21/5/09
LOS MEDICOS ESPAÑOLES CONTRADICEN A ZAPATERO
La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) estima que la decisión del Ministerio de Sanidad y Política Social acerca de la libre dispensación en farmacias de la píldora anticonceptiva de emergencia puede llevar implícitos 'efectos adversos' socio-sanitarios. La entidad señaló en un comunicado que, si el objetivo, tal como ha declarado el Ministerio, es "facilitar el acceso...
18/5/09
¿CAMBIA TODO TRAS LA SENTENCIA DEL SUPREMO?

PREGUNTA (P) ¿Cuál es el la raíz de la polémica sobre EpC cuando estas materias escolares están impuestas en toda Europa?
RESPUESTA (R) La educación para la ciudadanía democrática ha sido un objetivo prioritario de las políticas educativas en los países europeos desde mediados de los años 90. Ya en 1997 los Jefes de Estado y de Gobierno del Consejo de Europa, reunidos en Estrasburgo, manifestaron su voluntad de desarrollar una educación que esté basada en los derechos y responsabilidades de los ciudadanos y la participación de los jóvenes en la sociedad civil. En el contexto europeo, esta educación está contemplada de forma muy general y tiene por objeto la adquisición de una cultura política y jurídica basada en el conocimiento de las instituciones sociales, políticas y cívicas, así como los derechos humanos. Entre los contenidos se incluyen los derechos y deberes de las personas como ciudadanos europeos, la historia del proceso de integración de la Unión Europea, o el funcionamiento de las instituciones europeas e internacionales. En España, sin embargo, la materia conocida genéricamente como EpC, está cargada de connotaciones ideológicas concretas. Llama la atención que, en el caso español, los alumnos vayan a ser evaluados no por sus conocimientos, sino por sus actitudes, comportamientos y juicios de valor sobre determinadas cuestiones o por los argumentos que utilicen en torno a dilemas y conflictos morales.
(P) ¿Cree Vd. que EpC tiene intención de adoctrinar o, por el contrario, se trata de un riesgo que se ha magnificado?
(R) La materia está concebida y organizada como una doctrina general sobre el hombre, en su dimensión personal, íntima y social, que parte de una concreta antropología, y persigue sin ambages la construcción de una ética común basada en unos principios éticos y morales que han de regir la conducta humana.
Los promotores de estas asignaturas, empezando por el Ministerio de Educación, han dejado claro que su fin es formar las conciencias de los alumnos, sobre la base de unos valores que, se considera forman parte de un mínimo común ético.
Hay que recordar que el Consejo de Estado, al dictaminar sobre el desarrollo legislativo de Educación para la Ciudadanía, ya advirtió que no podían formar parte de los aspectos básicos del sistema educativo la difusión de valores que no estén consagrados en la Constitución, o sean presupuesto corolario indispensable en el orden constitucional.
(P) ¿Cree Vd. que los padres tienen derecho a ejercer la objeción de conciencia en el caso de EpC?
(R) La objeción de conciencia es una concreción del derecho fundamental a la libertad de conciencia, que implica no solamente el derecho de toda persona a formar libremente su propia conciencia, sino también a obrar conforme a los imperativos de la misma. Es, por tanto, un derecho constitucional, que deriva del art. 16.1 CE, como ha reconocido reiteradamente el Tribunal Constitucional. En la objeción de conciencia subyace siempre un conflicto entre el deber de obediencia a la norma legal y el deber de resistirse a su cumplimiento, que impone la norma moral o ética.
En el caso de la EpC, los padres que objetan no actúan por mero capricho; se encuentran ante el verdadero dilema de que sus hijos tienen que cursar un conjunto de asignaturas que, tal como han sido configuradas en el sistema escolar español, no constituyen una enseñanza neutral sino que en sus objetivos, contenidos y criterios de evaluación, implican un adoctrinamiento moral en una ideología y antropología concretas, contraria a sus personales y serias convicciones.
ENTREVISTA A LOURDES RUANO, CATEDRATICA DE DERECHO EN SALAMANCA
Por otra parte, al imponerse esta materia con carácter obligatorio, se está vulnerando el derecho fundamental que asiste a los padres de elegir para sus hijos la educación moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones, garantizado por el at. 27.3 CE, el art. 2 de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa y por numerosos tratados internacionales. Esto supone una grave intromisión del Estado en un ámbito que no le compete.
Si los alumnos tienen suficiente madurez (normalmente, a partir de los 16 años de edad) podrán presentar también ellos mismos su objeción de conciencia frente a estas materias, ya que los menores son titulares de sus derechos fundamentales.
17/5/09
CARTA PASTORAL OBISPO DE CASTELLON “Sobre Educación para la Ciudadanía”
FALSOS TOPICOS SOBRE EPC
Frente a la anterior afirmación el Real Decreto 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria establece expresamente el propósito de "formar la conciencia moral" de los alumnos:
“La dimensión ética de la competencia social y ciudadana entraña ser consciente de los valores del entorno, evaluarlos y reconstruirlos afectiva y racionalmente para crear progresivamente un sistema de valores propio y comportarse en coherencia con ellos al afrontar una decisión o un conflicto”
“Para lograr estos objetivos se profundiza en los principios de ética personal y social”
Los centros escolares deben ser espacios “que ayuden a los alumnos y alumnas a construirse una conciencia moral y cívica acorde con las sociedades democráticas, plurales, complejas y cambiantes en las que vivimos”
“Centrándose la Educación éticocivica en la reflexión ética que comienza con el entorno más próxima para contribuir, a través de los dilemas morales, a la construcción de una conciencia moral cívica”.
“La educación para la ciudadanía y los derechos humanos en uno de los tres primeros cursos trata aspectos relacionados con las relaciones humanas, bien sean las interpersonales, las familiares o las sociales. Aborda asimismo los deberes y derechos ciudadanos, profundizando en el sentido de los principios que los sustentan”. Fuente: MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA: REAL DECRETO 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria.
3.- SI LOS CONTENIDOS DE EPC FUERAN DEL AGRADO DE LOS OBJETORES NO SE OPONDRÍAN A LA ASIGNATURA.
Rotundamente falso. Quienes nos oponemos a la implantación de la EpC no lo hacemos en función de sus contenidos. Nos oponemos a que el Estado pretenda formar moralmente a los ciudadanos -nuestros hijos. Y es que la formación moral de los hijos es competencia exclusiva de sus padres y los colaboradores que, para este menester, ellos elijan. El Estado no es quien para formar moralmente a nadie. Ni este Gobierno del PSOE ni otro que fuera del PP. Es una cuestión de principios, no de contenidos.
4.- EPC PRETENDE DAR A CONOCER VALORES Y PRINCIPIOS COMUNES A TODOS.
FALSO. Frente a quienes como José Antonio Marina consideran que «necesitamos una educación en valores comunes, transculturales, universales, más allá de la moral y las religiones», quienes nos oponemos a esta Epc consideramos que no existe esa “ética de mínimos” .
Quienes han dinamitado el concepto de Ley Natural acuñado por la tradición cristiana, pretenden implantar ahora su caricatura: un conjunto de principios y normas de actuación basados en los valores compartidos de la sociedad democrática. Llegados a este punto, el elenco de preguntas que se plantean resulta interminable: ¿cuáles son esos “valores comunes”? ¿quién o quiénes los determinan y especifican? ¿dónde están recogidos? ¿qué grado de consenso se requiere para calificar a un valor como “común”?
¿cómo y cuándo se refrendan esos valores?
¿cabe la discrepancia hacia alguno de esos valores?
¿es valioso, por tanto, todo lo que el Estado legisla?
etc.
5.- EN MI COLEGIO NO TENGO PROBLEMA HAN ADAPTADO EPC AL IDEARIO DEL CENTRO.
FALSO. No existe ninguna disposición legal que permita realizar esa supuesta adaptación. Los objetivos, contenidos mínimos y criterios de evaluación de estas asignaturas, publicados en los correspondientes decretos, no pueden adaptarse: han de cumplirse en su integridad. Los centros poseen cierta libertad para añadir contenidos a los mínimos propuestos por el ministerio, pero nunca para recortarlos ni modificarlos.
Quienes todavía piensan que los males de la EpC se resuelven mediante la adaptación de sus contenidos al ideario del propio centro, deberían hacerse, al menos, una serie de reflexiones muy sencillas:
¿creen, de verdad, que la ofensiva gubernamental en favor de la EpC y su resistencia al diálogo y, más aún, a mover una sola coma de los decretos, es un empeño compatible con permitir que, en la práctica, cada centro adapte la asignatura haciendo de su capa un sayo?
¿piensan los directores de los centros concertados que van a poder seguir “digiriendo” cualquier imposición injusta por parte de la administración mediante el recurso a su capacidad adaptativa o van a plantarse en algún momento con un más honorable “hasta aquí hemos llegado”? ¿O es que el concierto es el sumo bien al que hay que sacrificar todo?
¿tienen algún mensaje que ofrecer a los millones de padres y alumnos que no pueden acogerse a estas precarias adaptaciones porque sus centros son de titularidad pública?
¿son las leyes injustas menos injustas porque puedo sortearlas?
El pasado día 5 de septiembre, El Presidente de la Comisión de Enseñanza de la Conferencia Episcopal Española, Casimiro López Llorente, publicó una Carta Pastoral titulada ”Sobre Educación para la Ciudadanía”, en la que destacaba, entre otras cosas:
(…) el Ejecutivo de Zapatero “no ha ofrecido garantía jurídica de que los centros de la Iglesia puedan adecuar el programa de la asignatura al ideario católico de los centros”, por lo que “los centros católicos se van a ver obligados” a impartir una materia que “está en contradicción con su carácter propio” y, como consecuencia de ello, estas instituciones “no podrán desarrollar con entera libertad su proyecto educativo y verán limitados sus derechos a la libertad educativa”.
La denuncia de Mons. López Llorente es clara: no hay ningún fundamento jurídico para la “adaptación”. Lo dice el Presidente de la Comisión de Enseñanza de la CEE. Claro que, si los colegios de ideario católico no reconocen su autoridad, seguiremos refugiándonos en el injustificable argumento de la adaptación…
6.- TODOS LOS OBJETORES SON CATOLICOS QUE TEMEN QUE LA IGLESIA PIERDA PODER MORAL FRENTE AL ESTADO.
En este sentido, no es la Iglesia Católica quien se ha opuesto a su implantación ni ha movilizado a sus fieles en su contra. Primero y principalmente, el movimiento objetor a EpC es un movimiento de carácter civil ante una pretensión de recorte de libertades civiles. La Iglesia, junto a otras confesiones religiosas y autoridades morales, ha denunciado este recorte de libertades civiles y se ha posicionado en contra. Pero no tanto por sus contenidos, sino como un recorte de las libertades civiles, es decir, personales y familiares, uno decide libremente ser catolico, o judio, o musulmán o no serlo, pero Epc se imparte obligatoriamente.
El propio cardenal Rouco se mostró en contra de la EpC “aunque sus contenidos fuearn los propios del Catecismo de la Iglesia Católica”, pues serguiría siendo una imposición.
7.- LOS OBJETORES NO SON MAS DE CIEN MIL FAMILIAS.
Siempre serán una minoría los padres que, opuestos a la asignatura, tomen la decisión de presentar una objeción formal. Es una falacia inferir que, quienes no presentan objeción, están de acuerdo con la asignatura.
Una imposición moral no se legitima por que una mayoría la imponga.
8.- LOS OBJETORES PRETENDEN IMPONER SUS CREENCIAS AL RESTO DE LA SOCIEDAD.
La objeción de conciencia no pretende imponer nada a los demás ni causa ningún perjuicio al resto de ciudadanos. Se trata de un derecho individual a ser eximido del cumplimiento de una ley que atenta contra las propias convicciones morales.
La existencia de objetores no perjudica a quienes desean recibir la asignatura. No generan ningún perjuicio social. Si los alumnos objetores no acuden a clase de EpC ¿a quién perjudican?. A nadie. No cuestionan ni impiden el derecho de los alumnos que quieran recibir esta asignatura.
Otras objeciones reconocidas históricamente en España, por el contrario, podrían perjudicar, si no se remedia de algún modo, el ejercicio de un derecho garantizado por el Estado. Piénsese en la objeción al servicio militar: podría originar problemas para establecer los contingentes de tropas necesarias. La objeción de conciencia de un profesional sanitario, para poner otro ejemplo, requiere un ajuste por parte de la administración que se ha comprometido a ofrecer los servicios sanitarios que el profesional rechaza ejercer mediante su objeción de conciencia.
¿A quiénes perjudicamos los padres, los alumnos objetores? ¿Qué repercusiones sociales tiene nuestra postura de no acudir a las clases de EpC? ¿Genera una quiebra o menoscabo del bien común?
10. LOS OBJETORES A EPC DEBERIAN OPONERSE A LA ASIGNATURA DE RELIGION.
La asignatura de religión es optativa. Por tanto, no se impone a nadie. De hecho se cifra en un 80% el porcentaje de alumnos que cursa la asignatura. Por el contrario, Educación para la Ciudadanía (las cuatro asignaturas que conforman el área) son obligatorias y requisito para obtener la titulación de Bachillerato.
La segunda diferencia, y más relevante, es que la asignatura de religión pretende transmitir unos contenidos, pero en ningún caso pretende evaluar el asentimiento del alumno a su doctrina. Los alumnos de religión son examinados sobre verdades de la fe, historia bíblica o cualquier otro contenido teórico, pero nunca son evaluados en función del ejercicio de sus creencias. No obtiene sobresaliente en religión el alumno más piadoso ni quien demuestra tener una fe más firme. Tampoco el más caritativo
Educación para la Ciudadanía pretende, por el contrario, que los alumnos asuman su doctrina y lo demuestren en su comportamiento personal .
UNA IMAGEN VALE MAS QUE MIL PALABRAS
9/5/09
¿POR QUÉ RECHAZAMOS EPC?
- PORQUE INVADE UNA COMPETENCIA EXCLUSIVA DE LOS PADRES: Los decretos que regulan actualmente Epc reconocen expresamente que pretenden la “construcción de la conciencia moral”, revelando así su carácter contrario a nuestra constitución española que establece en su art. 27,3 CE: "Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones". La actual regulación de EpC pretende invadir un ámbito sagrado, cual es el de las conciencias de los alumnos.
- POR QUE EL ESTADO SE CONSIDERA FORMADOR MORAL DE LOS ALUMNOS: El Estado considera que para mejorar la convivencia no es suficiente con dictar normas, sino que debe llegar mas lejos, moldeando la conciencia de los jóvenes, tal y como han dicho los dictadores en la historia, es el estado del pensamiento único.
- IDEOLOGÍA DE GENERO: Epc hace constantes alusiones a la ideología de género, según la cual no nacemos hombre o mujer, sino que la opción sexual se elige posteriormente independientemente de la genitalidad. Según esta ideología-teoría existen, según la libre elección de cada uno, diferentes “orientaciones afectivo-sexuales”, todas ellas equiparables, y la diferenciación y complementariedad sexual entre varón y mujer -base de la familia- es una construcción cultural que debe superarse por antigua. No se nace hombre o mujer, cada uno elige, según los defensores de esta ideología.
- CRITERIOS DE EVALUACION: los decretos que regulan la asignatura establece que los “criterios de evaluación” de ésta no se basan en la adquisición de conocimientos (aprendizaje), sino en la observación de los comportamientos de los alumnos para comprobar que han asimilado los planteamientos ideológicos de los contenidos. No basta con "aprender" lo que enseña el profesor, los alumnos deberán demostrar con sus "actitudes" que han captado el contenido de la asignatura.
- ETICA PUBLICA : EpC defiende la construcción de un “mínimo común ético”, pero para ello pretende sacrificar la ética privada, la de cada persona, así como la opción religiosa individual, con el grave peligro de crear en los alumnos una confusión en cuanto a la separación de la vida privada y pública.
- VALORES?: aunque presume de formar en valores a los alumnos se hace referencia a valores que no están recogidos en la Constitución o en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Es decir, que no son comunes a toda la sociedad y sí de una determinada parte de la sociedad que pretende imponer a los demás su visión.
- INNECESARIA: los contenidos de la asignatura que sí son necesarios y justificables -conocimiento de las Declaraciones de Derechos Humanos, de la Constitución o del funcionamiento del sistema político- pueden incorporarse a otras asignaturas, como Conocimiento del Medio o Ciencias Sociales, o bien ser tratados de forma transversal.
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8/5/09
El manual de Marina también adoctrina Sr. Zapatero
"Es inaceptable, una mentira intolerable", espetó exactamente Zapatero. "Y si Usted no sube aquí, se habrá demostrado claramente que todos son infundios, insidias y visiones apocalípticas", desafió a su oponente.
LD recoge el guante lanzado por el presidente –casi una semana después, el PP no lo ha hecho aún– e identifica diez ideas del libro de José Antonio Marina, moldeadas por el decreto de contenidos y objetivos de la asignatura aprobado en diciembre de 2006 por el Gobierno, que chocan frontalmente con la libertad educativa y de conciencia consagradas por la Constitución Española.
Los excesos de la obra de Marina pueden servir de referencia a las familias del contenido y el enfoque ideológico concreto de la nueva materia, ya que se trata –según la promoción que del libro hacen SM, su autor y hasta el Ministerio de Educación–, de la versión más moderada de los manuales que se aplicarán en las aulas, frente a las aproximaciones más doctrinarias de editores como Octaedro, Akal, Laberinto o Santillana.
1) Programando el "Gran Proyecto Ético"
José Antonio Marina no oculta lo ambicioso de su experimento con las mentes de los escolares. Su libro pretende inculcarles el "Gran Proyecto Ético", basado en "las características y necesidades de los seres humanos".
"La idea matriz" del manual es que "estamos intentando realizar el Gran Proyecto Humano –que permita a todos los seres humanos alcanzar cinco bienes: los bienes materiales imprescindibles, la libertad, la igualdad, la seguridad y la paz–", apunta el autor de EpC para SM.
Marina da por hecho que es posible determinar las "características y necesidades" o "los bienes materiales imprescindibles" de una persona y construir, a partir de estas necesidades previamente determinadas por el pedagogo –por delegación del Estado–, un sistema universal de valores que siempre tendrá la última palabra en los "conflictos" entre valores subalternos, como los transmitidos por la familia.
Una de las "necesidades" de los niños –aunque ellos no lo sepan, ni sus padres– es "determinar su personalidad", avisa Marina a las familias que recibirán el nuevo programa de formación en valores desde el próximo curso.
Marina anuncia que su libro de texto forjará un nuevo molde de "identidades múltiples" o "concéntricas", en el que se enseñará al niño que "tiene que elaborar varias identidades: la identidad de género, la identidad religiosa o ideológica, la identidad nacional, la identidad humana, es decir, el sentimiento de pertenencia a la humanidad".
No hay nada nuevo en esta visión, que ya fue formulada por Marx en el núcleo de su programa político colectivista: "A cada uno según su necesidad, de cada uno según su capacidad".
En otro momento de la exposición de intenciones de su manual, Marina admite que "me dan de vez en cuando ataques de megalomanía educativa que debo controlar", aunque no cree "exagerar" cuando atribuye a la nueva asignatura –en línea con lo manifestado este domingo por la ministra de Educación– el poder de mejorar "no sólo nuestra convivencia, sino el sistema educativo entero".
2) Un individuo al servicio del "Gran Proyecto Humano"
Que EpC es un experimento pedagógico que sobrepasa la simple instrucción en preceptos constitucionales lo demuestra la declaración de Marina sobre el impacto que se persigue en la mente de los niños:
"Del individuo al Gran Proyecto Humano" y "Del Gran Proyecto Humano al individuo" resumen los dos recorridos del programa doctrinario, según los define el propio autor del manual de SM.
"Se estudia cómo ese Gran Proyecto abre el campo de juego de las expectativas privadas de felicidad. Indica los modos de identidad nacional, religiosa, o de género que son compatibles con el Gran Proyecto Ético. En ese sentido no puede negar ninguna de ellas –ni religión, ni patriotismos, ni modelos de género–, sino solamente indicar los que resultan imposibles o difíciles de compaginar con el mundo de la dignidad y de los derechos que queremos construir".
De nuevo, el pedagogo habla por boca de ganso del Estado, que se reserva el derecho a decidir qué valores y qué "identidades" son compatibles con el "Gran Proyecto" que se está programando cuidadosamente en la mente de los jóvenes.
¿El aborto? ¿La eutanasia? ¿El diálogo con terroristas? ¿La poligamia? ¿La familia abierta? ¿La libertad de consumir? ¿La propiedad privada? Todo encaja, o no, en el "Gran Proyecto" según lo que dictamine el Estado en cada momento.
El "Gran Proyecto" determina las necesidades del individuo y éste se pone al servicio del "Gran Proyecto", que no es otro que lo que indica el Estado.
3) El Estado como formador moral
Marina insiste en que el Estado, a través del currículo educativo, debe suplantar a las familias cuando éstas no transmiten de manera "eficaz" valores a los hijos.
"¿Tienen razón los padres que reclaman su derecho a educar moralmente a sus hijos? Sin duda. Y si todos los hicieran con una maravillosa eficacia, la escuela podría dedicarse a otra cosa", afirma Marina en la exposición de los principios que le han guiado en la escritura del manual de texto de SM.
El pedagogo asigna al Estado un papel típicamente despótico: decidir cuándo son, o no eficaces las familias al transmitir valores y sustituirlas para impartir su propia moral de Estado.
En segundo lugar, atribuye a la escuela un papel de formador moral de la juventud, una filosofía pedagógica que choca con la tradición liberal en la que la escuela instruye en conocimientos y respeta el libre albedrío de las familias para formar en valores a sus hijos.
Al respecto, escribe Jean-François Revel en La traición de los profes, uno de los capítulos de El conocimiento inútil:
"El profesor puede enseñar o adoctrinar. Cuando la enseñanza prima sobre el adoctrinamiento, la educación cumple su función principal, en el interés de los que la reciben y en el interés de la democracia bien entendida. En cambio, cuando es el adoctrinamiento el que se impone, se convierte en nefasta, abusa de la infancia y sustituye la cultura por impostura"
4) "Un test de inteligencia del consumidor"
Uno de los capítulos del libro de José Antonio Marina está dedicado a la idea de "consumo responsable". De nuevo, el pedagogo –al servicio del Estado– va más allá de la descripción de conceptos y entra en elección de valores: "Consumo responsable".
Al definirlo, Marina sostiene que "es posible hacer un test de inteligencia del consumidor. Es inteligente el que compra sólo lo que necesita y no algo innecesario porque está rebajado".
Este simple enunciado contiene todo un programa ideológico. En primer lugar, ¿quién dice cuándo un consumidor compra por necesidad y cuándo lo hace por "vicio" –siguiendo la lógica de esta pedagogía, en la que todo lo que no sea necesidad en las decisiones de la gente es una desviación inmoral–? Por otra parte, ¿quién decide lo que cada persona necesita y aquello de lo que puede prescindir?
De nuevo, EpC tiene una respuesta infalible como la de un catecismo: el Estado.
5) La globalización genera "profundas desigualdades"
¿Una asignatura neutral? El Gobierno insiste en que EpC se dedicará sólo a enseñar valores constitucionales y Derechos Humanos.
El presidente Rodríguez Zapatero, el pasado 3 de julio, durante el Debate sobre el estado de la Nación, dijo:
"No adoctrina, no obliga a asumir ningún criterio, no impone ninguna ortodoxia. Ya tuvimos bastantes décadas de ortodoxia".
Sin embargo, basta un vistazo superficial a algunos de los capítulos del libro de José Antonio Marina citado por Rodríguez Zapatero como ejemplo de asepsia pedagógica, para darse cuenta de que contienen ideología concentrada.
Al hablar de la Globalización, por ejemplo, el manual de Marina –como el resto de libros de texto: se trata de un enfoque claramente prescrito en el decreto de contenidos mínimos aprobado por el Ministerio– hace suyo el consenso progresista sobre la injusta distribución de la riqueza causada por la globalización, en contra de todas las evidencias que indican su impacto en una significativa reducción de la pobreza.
Así define Marina la integración del mundo en el capitalismo:
"Es el proceso, fundamentalmente económico, que consiste en la creciente integración de las economías nacionales en un mercado mundial. Genera riqueza, pero también da lugar a profundas desigualdades".
6) Una religión de Estado
"Sin duda alguna", apunta José Antonio Marina al exponer los principios de su manual, "las familias pueden educar a sus hijos en su religión y en su moral; pero el Estado debe encargarse de facilitar a todos nuestros jóvenes aquella educación que la sociedad considera necesaria para el desarrollo de los proyectos personales, la buena convivencia, la justa resolución de los problemas y el progreso económico".
De nuevo, el Estado como prescriptor coactivo de lo que necesitan las personas. Basta con que el Estado diga lo que está bien y lo que está mal, para que las familias depongan su resistencia moral. Se trata de una obsesión del autor a lo largo de toda su obra y la base filosófica de su enfoque de la asignatura, "modélico" para Rodríguez Zapatero.
7) El salario del alumno
Al definir el concepto de "escuela", Marina indica en su manual del buen ciudadano:
"Los adultos van a trabajar, y los niños y los jóvenes también. La escuela es el lugar de trabajo de la gente joven. Estos últimos podrían replicar que no se les paga un sueldo, pero esto no es verdad. Todos los ciudadanos se comprometen a pagar a cada estudiante de enseñanza secundaria 4.000 euros al año. Lo que ocurre es que no se lo pagan en dinero sino en clases, profesores, libros".
De nuevo, la idea de un Estado providencial capaz de dar "a cada uno su necesidad" y de esperar, a cambio, "de cada uno su capacidad".
En este ideal de la escuela va implícita la legitimación del adoctrinamiento, esfuerzo este –el de la justificación– al que Marina dedica su mayor energía a lo largo de las páginas que dedica a explicar su pedagogía de la asignatura a profesores y padres. Quien paga, manda. Si el Estado paga, el estado decide qué valores se enseñan.
Por lo demás, la descripción de Marina es sutilmente manipuladora, lo que lo desacredita como el pedagogo neutral que promete ser y al que elogia Zapatero:
"Todos los ciudadanos se comprometen a pagar a cada estudiante..." ¿Seguro? ¿Se trata de un compromiso, es decir, de un contrato voluntariamente contraído, o de una vulgar coacción del Estado para recaudar impuestos? ¿Se les ha preguntado a los padres si preferiría disponer de sus recursos para educar libremente a sus hijos, en el colegio que eligieran, en vez de ese compromiso forzoso por el que el Estado, además de recaudar, se otorga a sí mismo el derecho de adoctrinar en valores?
No hay una sola línea neutral en el proyecto educativo del Gobierno socialista y, en consecuencia, tampoco puede neutralidad en los manuales que resultan de sus decretos, como el de José Antonio Marina.
8) Un mundo feliz
Para que el individuo sea feliz, la sociedad debe serlo antes que él, dicta Marina.
Concretamente, dice el autor del manual de EpC para la editorial católica SM:
"Todo lo que hacemos, lo hacemos para ser felices. La felicidad personal es un estado de satisfacción personal y de plenitud en el que podemos desarrollar nuestro proyecto de vida".
"Para conseguirla" –continúa– "necesitamos vivir en un ambiente que no lo impida y, a ser posible, que la facilite. Necesitamos que la sociedad sea feliz".
La primacía de la sociedad sobre el individuo y del Estado sobre la familia es una constante a lo largo de toda la obra. El programa educativo socialista no concibe la plenitud de la persona sin la aquiescencia de la sociedad y sin el marco ético –ese "Gran Proyecto" del que habla Marina– impuesto por el Estado.
Siguiendo la lógica del pensamiento de Marina, ¿Cómo se mide el estado de felicidad de una sociedad? ¿Debe ser feliz, por ejemplo, un disidente viviendo en la feliz sociedad nacionalista vasca? ¿Puede aspirar a la felicidad un padre que no puede escolarizar a su hija en castellano en una pletórica sociedad catalanista?
9) El "buen ciudadano"
José Antonio Marina sostiene en su libro la idea de que "el buen ciudadano es el que piensa bien, tiene los sentimientos adecuados y obra rectamente".
Obsérvese la intromisión del pedagogo en la esfera del pensamiento. Al "buen ciudadano" no sólo hay que juzgarle por lo que haga –jurisdicción del Derecho y, por lo tanto, sobrante en un programa educativo–, sino por cómo piense y por lo que sienta –jurisdicción del Estado, para el pedagogo citado por Zapatero en el Congreso–.
10) ¿Alguna objeción?
"La Constitución española –que es una constitución laica–", indica Marina, "incluye un sistema de valores éticos fundamentales que son, fundamentalmente (sic), los derechos humanos. Y estos son el criterio básicos para determinar los contenidos de la EpC. ¿Hay algún padre que tenga inconveniente en que sus hijos reciban esta enseñanza?"
Un inconveniente no menor a lo que ofrece Marina puede ser la mentira.
Porque ni el decreto de contenidos de EpC ni el manual del pedagogo predilecto de Zapatero son lo que el autor de SM y el Gobierno dicen que son.
Ni la asignatura se limita a transmitir preceptos constitucionales, ni es un simple recitativo de la Declaración de los Derechos Humanos, tareas para las que no se necesitaría crear una asignatura específica.
Como se ha demostrado –recogiendo el guante del reto lanzado por Rodríguez Zapatero a Mariano Rajoy durante el reciente debate sobre el estado de la Nación–, EpC encierra un calculado proyecto para adoctrinar a toda una generación en la ideología socialista.
Se comprende que la ministra haya dado a la asignatura la misma importancia que a las Matemáticas o las Humanidades.
¿Alguna objeción?